Llorar como un cacuy
Lloremos, de manera calma, respirando hondo mientras sentimos el calorcito en las mejillas de las gotitas de agua que se deslizan lentamente. Lloremos sin ánimos de dar razones, solo porque si, que no sea más un simbolismo enfermo sino una parte de la vida, una de entre tantas experiencias que la conforman y a la vez prueba irrefutable de que sigo sintiendo.