Historia antigua

 25/04/2021

La vida nos había puesto un camino común, antes de aquel día ignoraba por completo la existencia de un ser como tú, pero después de ello se escribió que no pasaríamos sin notarnos; no recuerdo como empezó pero sin duda la cotidianidad ayudo a acercarnos, yo fascinado por lo poco que sabia e iba descubriendo de ti, quería conocerte aún más, buscaba las oportunidades para contigo estar, mostraba disimuladamente la emoción que sentía cuando sin más se presentaba la ocasión en la que pudiésemos hablar, dejando de lado las trivialidades de la ocupación. Así paso el tiempo, mismo tiempo en el que te olvide, en el que se desdibujo mi esperanza de conocerte y mis ansias de saber quién eras, había caído del sueño y vuelto a hundirme en mi realidad, seguí sin mirar atrás; pero aun después de todo quedaba en mí una pequeña mota de esa ilusión.

El tiempo y las circunstancias nos volvieron a acercar, ciertamente en situaciones distintas, tu estabas desecha y yo te brinde mi compañía, te escuche pacientemente y me preocupe genuinamente por ti, desde entonces, y sin saber por qué, te brindaría mi apoyo incondicionalmente y estaría para ti, el tiempo siguió pasando y comenzamos a acercarnos, a caminar juntos cada vez más, a recorrer lugares fuera de lo casual, las pláticas eran largas o cortas, llenas de secretos nunca antes contados, con silencios genuinos, nos ofrecimos nada más que compañía sincera, nos escuchamos mutuamente y estuvimos el uno para el otro.

Sin saber por qué me abrí a ti, compartí partes de mi vida contigo, te fuiste volviendo importante, y aquella mota de ilusión olvidada fue brillando y creciendo poco a poco desde lo distante, no había pasado mucho tiempo desde la resurrección de nuestra comunicación cuando caí en cuenta de lo que sentía por ti, tú me confesaste lo que sentías por mí, pero nuestras situaciones no daban para elegirnos, poco a poco nos fuimos distanciando de nuevo y nos perdimos en el olvido. La diferencia fue que esta vez no hubo un reencuentro,  solo quedaron tres cartas y un recuerdo.


Comentarios